jueves, 4 de noviembre de 2010

Demonología: Los Propagadores de Plaga.

Se habla entre susurros de una nueva y espantosa enfermedad, el Hálito Negro, que se afirma es una variante de la Peste especialmente peligrosa... Y es también sin duda un castigo divino, ya que la propagan diablos del Infierno en persona. El siguiente texto, del Blog Frankenrol, aparece aquí con permiso de JKeats, su autor. Se trata de la descripción de unas criaturas imaginarias, espectrales, que podrían dejarse ver en casi cualquier mundo de fantasía. En la ambientación Feldkirch, podrían dar buen resultado como parte de una trama de terror, inspirada por ejemplo en "La Máscara de la Muerte Roja" de Poe.

Demonología: Los Propagadores de Plaga.
Esta plaga (el Hálito Negro) no surgió de forma natural, su origen puede rastrearse hasta la enigmática figura del Envenenador, el Pontífice de la Corrupción, y sus siniestros Propagadores. Las altas figuras negras, semejantes a monjes, aprovechan brotes de peste corriente para realizar su mortal labor, paseando por los pueblos afectados mientras esparcen el hálito a través de sus incensarios.

(...) Aparecen sin previo aviso, surgiendo de noche o entre la niebla, arrastrando sus pesados ropajes por el barro, con paso lento y renqueante. Al poco de su llegada deja de oírse a los animales e incluso calla el zumbido de los insectos, sólo queda el sonido chirriante de su incensario, que se balancea inundando el aire con su mortal carga.

Un Propagador, dibujo original mío, según visión personal.

A simple vista el aspecto de los Propagadores hace pensar a los habitantes de las zonas afectadas por la peste que pertenecen a alguna orden monacal de las muchas que intentan socorrer a los enfermos. Sin embargo cuando se aproximan las diferencias saltan a la vista: Su hábitos negros están sucios y raídos, cubren sus manos con vendas manchadas y la amplia capucha está deformada por el elemento más extraño de su indumentaria, una jaula cuadrada de hierro que cubre su cabeza a modo de yelmo. El rostro tras los barrotes siempre queda en las sombras y por mucho que uno se aproxime sus pálidas facciones resultan confusas y desdibujadas. Ni siquiera acercando un antorcha es posible tener una imagen clara, ya que rehuyen cualquier fuente de luz directa. El incensario que portan deja escapar un vago olor a flores marchitas y pantano: el hálito negro. También suelen llevar un recipiente y un hisopo con el que salpican lugares y personas mientras musitan una incomprensible letanía.

(...) Su manera de actuar es siempre la misma, tratarán de pasar desapercibidos mientras infectan calles y casas, marchándose antes de que los primeros síntomas del hálito negro se manifiesten. Sin embargo algunos sacerdotes y estudiosos han aprendido reconocerlos a simple vista y darán la voz de alarma en cuanto perciban los signos de su presencia.

Si se ve forzado a combatir, un Propagador intentará agarrar a su oponente y acercar su rostro a los barrotes de su jaula, para consumir su energía vital. La víctima envejecerá varias décadas en unos pocos segundos, marchitándose hasta morir si no logra apartarse. Éste es su ataque preferido si se enfrentan a un único enemigo y lo emplearán sin dudar sobre cualquiera que sospechen que puede delatarles. Contra varios contrincantes el Propagador intentará abrirse paso golpeando con sus manos garrudas que terminan en uñas afiladas como el acero y están cargadas de enfermedades. La sangre de un Propagador es venenosa y si se le mata contaminará de forma permanente el suelo donde caiga, al igual que cualquier fuente de agua cercana. (...) Se sabe que el fuego es especialmente efectivo contra estos seres.

Sobre la verdadera naturaleza de los Propagadores.
Lo que nadie sospecha es que los Propagadores son poco más que cadáveres que se sostienen gracias a burdos remiendos, clavos y correas que sujetan sus maltrechos cuerpos, hinchados y semidescompuestos. No están muertos pero tampoco vivos. Un enfermo terminal, un cirujano infectado mientras cumplía con su labor, un sacerdote corrupto, quizá incluso un príncipe que buscaba escapar para siempre de la muerte, cualquiera puede recibir la visita del Envenenador, con una propuesta simple: Salvación a cambio de una eternidad de servidumbre. Si hubieran sabido lo que les esperaba, la mayoría habrían preferido perecer antes que firmar el siniestro pacto.

Los Propagadores de Plaga para FUDGE Feldkirch (adaptación propia de lo indicado por el autor original).
Empatía Pobre, Agudeza/Percepción Mediocre, Esquivar Mediocre, Fortaleza Muy Bueno, Fuerza de Voluntad Muy Bueno, Pelea Mediocre, Sigilo Excepcional.

Combate: Factor de Daño +2. Factor de Resistencia +3 (-1 contra el fuego).
Movimiento: 5 m/turno caminando, no corren.

Poderes Sobrenaturales:
• Causa Temor. Su sola presencia aterroriza a los seres vivos.
• Propagar Enfermedades. Los Propagadores portan un incensario cargado de sustancias infernales, cuyos sahumerios mefíticos son en última instancia la causa de la aparición del Hálito Negro. También puede propagarlo por medio de la nube de gas inmundo y sangre negruzca que surge de su cuerpo al morir (el personaje que haya conseguido acabar con él tendrá que superar una tirada Normal de Esquivar, o bien ir protegido contra la enfermedad, para no verse infectado). Además, si los Propagadores atacan a una víctima con sus propias garras, el personaje quedará infectado de alguna grave enfermedad (a elegir: tétanos, lepra o peste negra).
• Consumir Vida. Si consiguen hacer presa en un personaje y mantener su rostro cerca del suyo, el personaje comenzará a envejecer a ojos vista. Sufrirá la pérdida de un Nivel de Salud por turno, hasta que muera si no se libera (lo que puede intentar cada turno superando la consabida tirada enfrentada de Fortaleza). Los modificadores por Heridas representarán el grado de extenuación y decrepitud alcanzado por el personaje.
• Inmunidad al temor, al veneno, al envejecimiento y a sus propias enfermedades.
• Inmunidad al dolor: Un Propagador tiene los mismos Niveles de Salud que un humano normal, pero no sufre modificadores por Heridas.

Debilidades Sobrenaturales:
• Fuego: El fuego les daña especialmente, como ya se ha indicado en su Factor de Resistencia.
• Lugares Sagrados: Los Propagadores son incapaces de entrar en lugares o terrenos sagrados.

Actualización, 2 - Enero - 2011: Hace pocos días, La Sociedad del Dado Cornudo ha subido a su Web, en forma de PDF para su descarga, una ayuda de juego que incluye este material y un par de ilustraciones mías, y que podéis descargar aquí.

3 Voces se alzan :

Rodrigo Garcia Carmona dijo...

¿Era tuyo el dibujo entonces? Muy chulo.

Luis Miguez dijo...

Graciaas...

Rutxi dijo...

¿Son los mismos que en la actualidad propagan el SIDA y la gripe aviar?

El dibujo, como siempre, genial