lunes, 27 de diciembre de 2010

Roma (03).

Gentes de Roma.
Ejemplos de gentes de baja y alta condición que, a buen seguro, se cruzarán en el camino de los PJs que a la Ciudad Eterna lleguen. Concretamente, sus trasfondos están pensados para unos años antes del Saco de Roma.

• Gautelen, Guardia Suizo.

Nacido en una pequeña y pobre aldea de la Confederación Helvética, en el cantón de Zürich, Gautelen fue criado en el seno de una familia campesina. De entre siete hermanos, sólo él mismo sobrevivió a la infancia. Era inquieto y temperamental, pero más religioso que sus padres, pues dándole vueltas a lo escuchado en la iglesia se aferró a la idea de que existía la justicia, pero era demasiado elevada para pertenecer a este mundo, ante todo injusto. Se convirtió así, sin saberlo, en una especie de idealista.

Tras la muerte de sus padres debido a un brote de viruela, Gautelen se hizo mercenario, como muchos otros suizos. Acaso hubiera sido un buen fraile, pero la turbulencia de su ánimo y la absoluta falta de educación que tenía a sus quince años lo impedían. Pronto destacó entre sus compañeros y llegó a ser alférez de su bandera, convirtiéndose con el tiempo en un maestro de la alabarda, la pica y la lanza de oficial. El reconocimiento de sus compañeros y de los reclutas a los que instruía convirtió la rabia de su primera juventud en un templado orgullo y en aprecio por los valores ideales de la milicia: El honor y la lealtad.

Mantuvo la peculiar religiosidad de su infancia, así que cuando estando en las Italias algunos compañeros se ofrecieron al servicio del Papa, no dudó en unirse a ellos. Su capacidad en el combate, su idealista lealtad y su buena planta (se intenta que los Guardias Suizos sean de presencia brillante e imponente, además de competentes con las armas) le hicieron estar entre los elegidos. Desde que se halla en la corte de Roma, Gautelen ha aprendido a leer y a escribir y hace ciertos, aunque erráticos, intentos de instruirse. Se siente más cercano a aquel mundo de justicia ultraterrena que intuía de pequeño, y cualquier insinuación negativa sobre el gobierno de la Ciudad o sobre la autoridad del Papa le harán responder con violencia.

Personalidad: Religioso, honrado.
Pasiones: Orgullo, honor.
Objetivo: Proteger al Papa a toda costa.

Empatía Normal, Esquivar Normal, Cultura de Zürich Mediocre (Idioma natal: Bajo Alemán), Fortaleza Bueno, Fuerza de Voluntad Bueno, Redaños Muy Bueno (Resto de Habilidades Primarias Mediocre).
Agudeza/Percepción Normal, Atractivo/Carisma Bueno, Cabalgar Mediocre, Callejeo Mediocre, Cultura de Roma Normal, Dineros Mediocre, Etiqueta Mediocre, Intimidación Bueno, Investigación Normal, Juegos de Azar Mediocre, Liderazgo Mediocre, Luces/Inteligencia Mediocre, Táctica Mediocre.
Idiomas: Italiano Bueno, Idioma Francés Mediocre.
Latín Mediocre, Leyes Mediocre.
Armas de Asta Muy Bueno, Esgrima Bueno, Pelea Bueno.

Ventajas: Leer y Escribir (1).
Desventajas: Lealtad (2).

Combate:
Factor de Daño y Resistencia: +1
Espada: F de daño +3 (Total +4), Cuchillo: +1 (Total +2), Alabarda: +3 (Ver reglas especiales).
Ropa acolchada: F de Resistencia +1 (Total +2).

Equipo: Traje de calidad para cuando no lleva el uniforme, bolsa de terciopelo con 5 reales de plata. El uniforme se lo proporcionan sus amos, así que responde por él. Se le equiparía con una armadura de tres cuartos (F de Resistencia +3, Total +4) de las armerías pontificias si lo necesitara para alguna misión.

Relación con los PJs: Gautelen es un ejemplo de un Guardia Suizo cualquiera, un magnífico luchador con armas de asta y buen espadachín, un oponente peligroso en un combate. Puede que haya guerreros mejores (incluso puede que alguno esté entre los PJs, o, desde luego, entre los oficiales y veteranos de la Guardia) pero aún así el Guardia Suizo típico es un ejemplo de habilidad. Es posible que sea en situaciones de combate donde a fin de cuentas los PJs les encuentren, y que lo hagan como aliados o como enemigos será cosa suya.

• Ernesto Flumino, Mercader.

Nacido y criado en Roma, micer Flumino ha hecho todo lo posible por honrar tanto a la honesta tradición de mercaderes de sus padres como a la ciudad que le ha dado el ser, que considera poco menos que la capital del mundo y que presume de conocer como la palma de su mano. Ernesto gusta de lucir sin falsa modestia la relativa comodidad en la que el oro tan bien ganado le sitúa a él, a su mujer y a sus tres hijos. A fin de cuentas, por más que en una ciudad como Roma toda la atención se la lleve la religión, mientras el espíritu no vaya a presencia de Dios, la carne necesita de qué vivir, y que los productos de su carnicería familiar puedan llegar a la mesa de tantos dedicados doctores de la Iglesia es un motivo más de orgullo. Ernesto es digno en su trato y modales, un buen vecino y un cristiano caritativo y atento a sus obligaciones religiosas.

Tan cuidadoso es micer Flumino de las necesidades de los demás, que un día empezó a prestar de su dinero a algunos otros pequeños comerciantes. Evidentemente, en secreto y a cambio de un pequeño interés, tan bajo que no pudiera siquiera considerarse usura, esa práctica dudosamente legal e inmoral para cualquiera que no sea un genovés o uno de esos judíos del monte Capitolino. Pronto este negocio se convirtió en una buena fuente de beneficios, hasta el punto de que contrató algún empleado más para la carnicería y despidió a su contable, consiguiendo que otro mucho mejor, precisamente "uno de esos judíos", le llevara las nuevas cuentas con la discreción debida. Cuando alguien se hizo el remolón con los pagos, los muchachos fueron a verle tranquilamente y le llevaron con la discreción acostumbrada al local de los Flumino, de donde no volvió a salir, para alegría de los cerdos.

Desde entonces, todos han tenido noticia de la seriedad y fiabilidad de este comerciante y de su tacto acerca de como tratar a cada cliente, hasta el punto de que han confiado en él incluso algunos gentileshombres, en situación delicada a causa de sus deudas. Quien ha necesitado alguna vez un muchachote para enviarlo a cobrar a alguno de sus propios morosos ha comenzado a consultar a don Ernesto al respecto, y quienes quieran hacer un trato que requiera cierta discreción pueden hacerlo en la trastienda de la carnicería a cambio de un humilde 15%, se trate de lo que se trate, de los beneficios. Los donativos a frailes y mendigos de micer Flumino son cada vez mayores, pues quiere agradecerle así a Roma las oportunidades que la vida en ella le brinda.

Personalidad: Implacable, untuoso.
Pasiones: Dinero, respetabilidad.
Objetivo: Enriquecerse todo lo posible y mantener sus tropelías en secreto.

Empatía Normal, Cultura Local: Roma Muy Bueno (Idioma Natal: Italiano), Fortaleza Bueno, Redaños Normal, Sigilo Normal, Trepar Pobre (Esquivar, Fuerza de Voluntad, Nadar y Orientación Mediocre).
Administración Muy Bueno, Agudeza/Percepción Normal, Atractivo/Carisma Normal, Callejeo Muy Bueno, Comerciar Bueno, Dineros Bueno, Etiqueta Normal, Intimidación Normal, Liderazgo Bueno, Luces/Inteligencia Bueno, Robar Mediocre, Subterfugio Bueno.
Idiomas: Napolitano Mediocre.
Cuchillos Mediocre, Pelea Normal.
Ventajas: Contactos (4).

Equipo: Ropas de calidad, cada vez más lujosas dentro de lo que las leyes de la ciudad permiten a los plebeyos, discretas joyas, daga, bastón, cuchillo escondido, bolsa de terciopelo con al menos 5 ducados.

Relación con los PJs: Ernesto Flumino puede ser un antagonista ideal para los PJs en una historia mundana, sobre las idas y venidas de una ciudad antigua. Es cruel, es despiadado, y atacarle directamente es atacar a un miembro respetado de la sociedad, y al que pueden defender personas inesperadas en base a las deudas que tengan con él y que no quieran que se revelen. También puede jugar un papel más complejo, por ejemplo tendiendo la mano como socio o empleador (completamente legal) a alguno de los PJ, que luego entrará en actividades contrarias a la ley (y a su conciencia) cuando Flumino tome el control de la situación, lo que pasará tarde o temprano, de modo similar a lo visto en la serie "Roma" (BBC/HBO/RAI, 2005-2007) con el personaje de Erasto Fulmen (la similitud del nombre no es casual). Que este personaje termine como aquel otro o no, depende de lo que suceda en el juego. Y ya puestos a buscar inspiraciones, el "uso" que Ernesto Flumino le ha dado alguna vez a sus cerdos es similar al de los del Sr. Wu de "Deadwood" (HBO, 2004-2006).

• Mattia, uno de los rufianes a sueldo de Ernesto Flumino.

Personalidad: Brutal, simple.
Pasiones: Dinero, emociones.
Objetivo: Mantener su modo de vida.

Esquivar Normal, Cultura de Roma Bueno (Idioma Natal: Italiano), Fortaleza Bueno, Orientación Normal, Sigilo Normal, Trepar Normal (Empatía, Fuerza de Voluntad, Nadar y Redaños Mediocre).
Agudeza/Percepción Mediocre, Atractivo/Carisma Mediocre, Callejeo Normal, Cerrajería Mediocre, Comerciar Mediocre, Conducir Carruaje Mediocre, Intimidación Normal, Robar Normal, Tortura Mediocre.
Cuchillos Normal, Pelea Bueno.

Combate:
Factor de Daño y Resistencia: +1
Daga (Lleva una segunda escondida): F de daño +2 (Total +3), Garrote: +1 (Total +2).
Camisa acolchada: F de Resistencia +1 (Total +2).

Equipo: Ropas casi hechas harapos, antorcha, odre de agua, 10 metros de cuerda, bolsa impermeable (como de arcabucero, para llevar balas) con 12 reales.

Relación con los PJs: Mattia representa a un matón particularmente duro, aunque no llegue a ser un jaque especializado en asesinatos. Probablemente, los PJs se dediquen a intentar causarle una indigestión de acero, o, como mínimo, a evitar entrar en contacto con su garrote...

• Cardenal Silvio Passerini.

Proveniente de una familia patricia florentina trasladada a Cortona, donde nació, Silvio fue educado en la corte del mítico Lorenzo el Magnífico gracias al apoyo incondicional que su padre había prestado a los Medici. Motivado por ese ejemplo paterno, él también aceptó la protección de la poderosa familia y pasó a formar parte de su organización, y a cambio se entregó a la obediencia que aquellos príncipes reclamaban. El astuto Silvio pronto buscó algo más, al hacerse agradable a algunos jóvenes herederos y frecuentar su amistad, llegando a ser no un simple cortesano sino un miembro más de la familia para aquel compañero de fiestas y de armas que, andado el tiempo, llegaría a ser el Papa León X. En cuanto éste llegó al Trono de San Pedro, le nombró cardenal otorgándole el obispado de Cortona, al cual se apresuró a otorgar mayores cargos y riquezas a costa de otras diócesis cercanas. ¿Cómo no iba el nuevo Papa a premiar al mejor de sus consejeros, al más dedicado de sus amigos, en definitiva, a un hermano?

Passerini volvió a Florencia, y entre esa ciudad y sus dominios en Cortona (alrededor de la cual ya tiene dos villas campestres, y está construyendo la tercera) pasa la mayor parte del tiempo, mecenando a diversos artistas y disfrutando de su fortuna. Su influencia en la política florentina es notable, aunque no tenga ningún cargo oficial, puesto que se ha convertido en el principal consejero de Giulio de Giuliano, también cardenal y primo del Sumo Pontífice, con quien también goza de una íntima amistad, hasta el punto de que le ha nombrado preceptor de sus protegidos Ippolito (hijo ilegítimo) y Alessandro (cuyo origen se guarda en secreto). Además, de alguna manera, el Cardenal Passerini se ha convertido en una especie de diplomático o mensajero de los Medici cuando surge algún asunto del que no se pueda ocupar ningún miembro de la familia sin alterar la buena marcha de sus negocios y de los de todos sus asociados. La buena mano del cardenal para las negociaciones y la diplomacia le llevan a no alterarse nunca, y nadie le ha visto perder la compostura en público. Su tono es mesurado y su humor divertido e irónico cuando todo va bien, y no hay mala contestación a la que no responda con un encogimiento de hombros y una amable invitación a la calma… Que, como han descubierto algunos infortunados, es mejor no rechazar.

Tras la reciente muerte de León X, Giulio de Giuliano ha comenzado una fuerte campaña para convencer a sus iguales de que le encumbren a Papa… Y Silvio, que como buen consigliere no tiene ninguna intención de hacerle sombra, no sólo no necesita ser convencido sino que cifra sus esperanzas en apoyar a su aconsejado. Hoy es, pues, más habitual que nunca verle en Roma, sirviendo bien no a sus amos, como hizo su padre, sino a unos queridos amigos que ya no saben pasar sin él…

Personalidad: Astuto, irónico.
Pasiones: Eficacia, epicureismo.
Objetivos: Proteger a la familia Medici, tanto sus planes como sus miembros.

Empatía Bueno, Esquivar Normal, Cultura Local: Florencia Bueno (Idioma Natal: Italiano), Fuerza de Voluntad Bueno, Redaños Normal, Sigilo Bueno (Fortaleza, Trepar, Nadar y Orientación Mediocre).
Agudeza/Percepción Bueno, Atractivo/Carisma Normal, Cabalgar Normal, Dineros Excepcional, Elocuencia Normal, Etiqueta Muy Bueno, Liderazgo Muy Bueno, Luces/Inteligencia Muy Bueno, Subterfugio Excepcional.
Latín Bueno, Arte (Teoría) Bueno, Diplomacia Muy Bueno, Historia Mediocre, Leyes Normal, Teología Normal.
Idiomas: Francés Bueno, Castellano Bueno, Alemán Mediocre, Veneciano Mediocre.
Esgrima Mediocre.

Ventajas: Leer y Escribir (1), Clérigo (3), Noble (2).
Desventajas: Lealtad (2).

Relación con los PJs: El Cardenal Passerini es uno de esos poderosos de la Iglesia que se comportan más como aristócratas que como eclesiásticos, y que desde luego se preocupan más por la intriga y la diplomacia que por la vida del espíritu. Puede lo mismo ser un afable mentor que un poderoso y problemático antagonista, y seguramente estará tan por encima de los PJs que termine siendo un poco las dos cosas a la vez. Podría tanto jugar el papel de un epicúreo adinerado que convierta a los PJs en sus agentes mediante generosas recompensas... Como el de un conspirador casi invisible cuya red de intereses sólo se revele en tenues trazas que los PJs puedan seguir. Cuando lo hagan sólo hallarán un príncipe bienhumorado de edad madura y preocupaciones mundanas, alejado muchos pasos de cualquier mancha de sangre que los resultados de sus intrigas hayan podido dejar...

3 Voces se alzan :

Anónimo dijo...

Bravo! En la línea de tan buenas series con temática "italiana" (los Borgia, los Medici...los Soprano), uno se puede imaginar grandes escenas y partidas de rol bordeando lo mafiosi con estos oscuros señores. Interesante entrada, a fe mía o, mejor dicho, ma che cosa!

Jaime González, escritor y ninja en paro dijo...

Pues qué quieres que te diga si para empezar me encuentro conmigo mismo (es decir un Pj de los míos) o al menos con uno al que me dolería mucho tener que escabechar (aunque es poco escabechable la criaturita), pues te digo que me encanta y que ya tardas en organizar una partida a la que esté invitado.
Por otro lado me falta un personaje, el líder de la resistencia, y me explico: es ese personaje que antes mandaba pero que cayó el desgracia, fue encarcelado, escapó y, fruto de su astucia y buen hacer, se hizo con un hueco en el hampa, barrio bajo, o lo que sea que haya en Roma. Puede ser un franciscano que reniegue del camino de la Iglesia y apoye a los desheredados (si nos ponemos de buenas) o una especie de Fantomas que intentara hacerse con todo el cotarro desde la oscuridad (si lo hacemos malvado).
Otro personaje que no veo por ningún lado es el de la Vieja Dama Romana, esa que mantiene la vieja tradición romana de confabuladoras hijas de Livia y demás.
Tampoco has metido la figura del Condotiero, el jefe de las Armas Vaticanas, y ese también podria dar juego.
Y por ahora no se me ocurre ninguno más, si caigo en alguno más te aviso.

Luis Miguez dijo...

Gracias por vuestros comentarios (gracias, querido y elogioso anónimo en el que creo intuir un jugador amoscado o espantadizo de su DJ).

Hrundi: Con esas ideas que me das o termino escribiendo una "Guía de Roma" o me guardo alguna para los posibles habitantes de otros lugares. Muy buenas en general...