La horrible leyenda de Sawney Bean.
Alasdair "Sawney" Bean nació al parecer al Este de Lodainn, Escocia, en una población que se desconoce y en algún momento de la segunda mitad del siglo XV, y se rumorea que descendía de gentes de la peor estofa, aunque en realidad sus orígenes son un misterio. En cualquier caso, siendo ya adulto y tras conocer a una mujer de tan torvas inclinaciones como las suyas, ambos cruzaron las Lowlands de parte a parte y se establecieron en la costa de Galloway, en algún lugar entre los pueblos de Girvan y Ballantrae, dedicándose al bandidaje. En realidad, fueron a dar a una cueva costera de más de 180 metros de profundidad en la que establecieron su escondite, un lugar de muy difícil acceso que quedaba oculto por la marea alta. Esto resultó serles muy útil: Pese a sus horribles crímenes, el cubil no fue descubierto hasta veinticinco años después.
Sawney Bean y su concubina comenzaron, cuando se sintieron a salvo, a tener hijos con despreocupación. Estos vástagos se criaron sin ninguna educación ni moral y, en cuanto tuvieron fuerzas, sus salvajes padres les usaron como parte de sus asaltos y emboscadas, por lo que jamás conocieron el más mínimo respeto por la vida humana. Mientras los hermanos y hermanas se apareaban incestuosamente ampliando el clan de asesinos, sus padres no dejaban de darles nuevos hermanos. En sus últimos años, el clan llegó a constar de cuarenta y ocho miembros de tres generaciones, veintiuna hembras y veintisiete varones, sin que quedara claro qué niveles de parentesco tenían entre sí debido a la degeneración del grupo.
Llevados por el desprecio, la inhumanidad y el hambre a actos cada vez más sanguinarios con los desafortunados viajeros que caían en sus manos, pronto probaron la sangre humana, convirtiéndose en caníbales. Sin embargo, fueron lo bastante astutos para actuar siempre amparándose en la oscuridad de la noche, para no permitirse dejar rastro de sus víctimas, y para espaciar sus ataques, de manera que las desapariciones de gentes en el campo pasaran más o menos desapercibidas. Sin embargo, sus depredaciones eran demasiado notorias para que no despertaran rumores acerca de cuál sería la siniestra realidad de lo que ocurría en la región.
Una noche asaltaron a una pareja que viajaba en el mismo caballo. El hombre resultó ser un luchador experimentado, y armado con una espada y una pistola consiguió abrirse paso entre los caníbales, dejándoles atrás. Era la primera vez que alguna de sus víctimas sobrevivía para denunciar el ataque y la misma existencia del espantoso grupo. Al cabo de poco, el mismo rey Jacobo V organizaba una expedición de unos cuatrocientos soldados acompañados de mastines, que lograron encontrar la cueva y apresar al clan de Sawney Bean. El interior de la guarida, de una suciedad y desorden repugnantes y, sobre todo, lleno de los restos de los banquetes humanos de sus ocupantes era tan grotesco y horroroso que desafiaba toda descripción...
Los prisioneros fueron trasladados a Edimburgo y luego a Glasgow, donde fueron condenados sin juicio al suplicio y la muerte los varones (mediante el procedimiento del hanged, drawn and quartered) y a la muerte en la hoguera las mujeres, las penas habitualmente reservadas a los reos de alta traición.
Demonología: El Redcap.
El Redcap es una criatura de leyenda entre los escoceses, un monstruo especialmente siniestro que devora a los viajeros solitarios que pasen cerca de las ruinas en las que suele refugiarse y que consiga capturar. Según dicen, parece vagamente un ser humano, si bien con una boca ancha y llena de pavorosos dientes, ojos rojos y enloquecidos, manos con uñas afiladas como garras y dotado de una fuerza tremenda. Algunos añaden que no se separa nunca de varias hachas y cuchillos, y que lleva unos zapatos de metal, como los de una armadura. Parece ser que su nombre proviene de la costumbre de teñir su gorro con la sangre de sus víctimas.
Se dice que esta criatura apareció cuando en el siglo XIV el noble Lord William de Soulis, estudioso de las Artes Oscuras, invocó en el Hermitage Castle a un diablo del Infierno para que le sirviera. Desde entonces el Redcap habitó en las mazmorras de la fortaleza, al menos hasta la muerte de Lord William, que fue hervido vivo por sus muchos delitos. En esta época el decadente Hermitage Castle pertenece a los Hepburn de Bothwell, una familia especialmente fiel al Rey y que no ha dado noticia de que la maléfica criatura esté presente en sus dominios. Con todo, si existió alguna vez es posible que abandonara el lugar tras la desaparición de su amo y que vagara desde entonces por el país, o bien que volviera al Infierno, no sin antes haber dejado uno o varios vástagos que continuaran sus perversas hazañas. También es posible que los Redcap hayan existido desde mucho antes, y que no tengan nada que ver con la leyenda de William de Soulis.
En cualquier caso, si damos por buena la opción de que el propio Sawney Bean no sea completamente humano (o no lo sea en absoluto), podría ser uno de estos Redcaps, lo que aclararía sus oscuros orígenes.
Ideas para partidas.
(Sólo para DJs, por supuesto, jugadores abstenerse...)
Alasdair "Sawney" Bean nació al parecer al Este de Lodainn, Escocia, en una población que se desconoce y en algún momento de la segunda mitad del siglo XV, y se rumorea que descendía de gentes de la peor estofa, aunque en realidad sus orígenes son un misterio. En cualquier caso, siendo ya adulto y tras conocer a una mujer de tan torvas inclinaciones como las suyas, ambos cruzaron las Lowlands de parte a parte y se establecieron en la costa de Galloway, en algún lugar entre los pueblos de Girvan y Ballantrae, dedicándose al bandidaje. En realidad, fueron a dar a una cueva costera de más de 180 metros de profundidad en la que establecieron su escondite, un lugar de muy difícil acceso que quedaba oculto por la marea alta. Esto resultó serles muy útil: Pese a sus horribles crímenes, el cubil no fue descubierto hasta veinticinco años después.
Sawney Bean y su concubina comenzaron, cuando se sintieron a salvo, a tener hijos con despreocupación. Estos vástagos se criaron sin ninguna educación ni moral y, en cuanto tuvieron fuerzas, sus salvajes padres les usaron como parte de sus asaltos y emboscadas, por lo que jamás conocieron el más mínimo respeto por la vida humana. Mientras los hermanos y hermanas se apareaban incestuosamente ampliando el clan de asesinos, sus padres no dejaban de darles nuevos hermanos. En sus últimos años, el clan llegó a constar de cuarenta y ocho miembros de tres generaciones, veintiuna hembras y veintisiete varones, sin que quedara claro qué niveles de parentesco tenían entre sí debido a la degeneración del grupo.
Llevados por el desprecio, la inhumanidad y el hambre a actos cada vez más sanguinarios con los desafortunados viajeros que caían en sus manos, pronto probaron la sangre humana, convirtiéndose en caníbales. Sin embargo, fueron lo bastante astutos para actuar siempre amparándose en la oscuridad de la noche, para no permitirse dejar rastro de sus víctimas, y para espaciar sus ataques, de manera que las desapariciones de gentes en el campo pasaran más o menos desapercibidas. Sin embargo, sus depredaciones eran demasiado notorias para que no despertaran rumores acerca de cuál sería la siniestra realidad de lo que ocurría en la región.
Una noche asaltaron a una pareja que viajaba en el mismo caballo. El hombre resultó ser un luchador experimentado, y armado con una espada y una pistola consiguió abrirse paso entre los caníbales, dejándoles atrás. Era la primera vez que alguna de sus víctimas sobrevivía para denunciar el ataque y la misma existencia del espantoso grupo. Al cabo de poco, el mismo rey Jacobo V organizaba una expedición de unos cuatrocientos soldados acompañados de mastines, que lograron encontrar la cueva y apresar al clan de Sawney Bean. El interior de la guarida, de una suciedad y desorden repugnantes y, sobre todo, lleno de los restos de los banquetes humanos de sus ocupantes era tan grotesco y horroroso que desafiaba toda descripción...
Los prisioneros fueron trasladados a Edimburgo y luego a Glasgow, donde fueron condenados sin juicio al suplicio y la muerte los varones (mediante el procedimiento del hanged, drawn and quartered) y a la muerte en la hoguera las mujeres, las penas habitualmente reservadas a los reos de alta traición.
Demonología: El Redcap.
El Redcap es una criatura de leyenda entre los escoceses, un monstruo especialmente siniestro que devora a los viajeros solitarios que pasen cerca de las ruinas en las que suele refugiarse y que consiga capturar. Según dicen, parece vagamente un ser humano, si bien con una boca ancha y llena de pavorosos dientes, ojos rojos y enloquecidos, manos con uñas afiladas como garras y dotado de una fuerza tremenda. Algunos añaden que no se separa nunca de varias hachas y cuchillos, y que lleva unos zapatos de metal, como los de una armadura. Parece ser que su nombre proviene de la costumbre de teñir su gorro con la sangre de sus víctimas.
Se dice que esta criatura apareció cuando en el siglo XIV el noble Lord William de Soulis, estudioso de las Artes Oscuras, invocó en el Hermitage Castle a un diablo del Infierno para que le sirviera. Desde entonces el Redcap habitó en las mazmorras de la fortaleza, al menos hasta la muerte de Lord William, que fue hervido vivo por sus muchos delitos. En esta época el decadente Hermitage Castle pertenece a los Hepburn de Bothwell, una familia especialmente fiel al Rey y que no ha dado noticia de que la maléfica criatura esté presente en sus dominios. Con todo, si existió alguna vez es posible que abandonara el lugar tras la desaparición de su amo y que vagara desde entonces por el país, o bien que volviera al Infierno, no sin antes haber dejado uno o varios vástagos que continuaran sus perversas hazañas. También es posible que los Redcap hayan existido desde mucho antes, y que no tengan nada que ver con la leyenda de William de Soulis.
En cualquier caso, si damos por buena la opción de que el propio Sawney Bean no sea completamente humano (o no lo sea en absoluto), podría ser uno de estos Redcaps, lo que aclararía sus oscuros orígenes.
Ideas para partidas.
(Sólo para DJs, por supuesto, jugadores abstenerse...)
- Los PJs son habitantes de Ballantrae que se ven afectados por las misteriosas desapariciones de la región, así que se deciden a solucionarlas. Descubren que se trata de secuestros, y siguen la pista hasta la casa solitaria, fuera del pueblo, de una siniestra anciana con fama de bruja, donde encuentran algún objeto robado a una víctima (ella insiste en que simplemente lo encontró). Si los propios PJs no linchan a la supuesta culpable, lo harán sin duda sus vecinos cuando la lleven ante la justicia en Ballantrae. Sin embargo, a la noche siguiente, las desapariciones vuelven a tener lugar.
- De forma completamente ajena a todo esto, un PJ está viviendo un idilio con un personaje casado (que puede ser otro PJ), y las complicaciones les llevan a huir una noche de la población en la que viven. Desgraciadamente, pasarán cerca de la guarida de Sawney Bean y los suyos, quienes les plantarán cara. Si la pareja sobrevive al encontronazo y denuncia lo ocurrido, se hará pública su situación irregular... Pero puede que, dado lo grave de la situación de la comarca, el delito de adulterio se les perdone a cambio de que guíen a los agentes de la justicia (acaso algún PJ más) hacia el lugar de los terrores recién vividos.
- Tras el descubrimiento del clan de caníbales y de su escondite (y probablemente tras la muerte de los pobres PJs y de los guardias de la idea anterior), el rey Jacobo V decide tomar cartas en el asunto y se dirige al lugar de los hechos, acompañado de un gran grupo de hombres de armas, ballesteros, arcabuceros y perros rastreadores. Los PJs forman parte de ese grupo, y deben tanto adentrarse en la horrorosa cueva como vencer la defensa del clan sanguinario, capturar a Sawney Bean con vida, y proteger al Rey en todo momento.
- Si Sawney Bean es finalmente un Redcap, el enemigo al que van a enfrentarse los PJs será de naturaleza sobrenatural y puede que ellos no lo sepan, pues le tengan por el mero líder de un grupo de bandidos. Si no se teme plantear un reto demasiado difícil o subir el nivel de fantasía, puede tenerse en cuenta que ese "afán de reproducción" que le ha llevado a fundar su clan obedecezca al deseo de traer la sangre y la herencia del Infierno a la Tierra, a la manera de los íncubos y súcubos... Con lo que todos los vástagos de Sawney Bean podrían tener habilidades sobrehumanas.
- También podría suceder lo opuesto: Si son advertidos de que en la región habita un monstruo sobrehumano, pero tienen razones para sospechar que esto se debe sólo a la superstición de los lugareños, seguramente los PJs no sepan a qué se enfrentan, o si verdaderamente hay algún peligro. Cuando el completamente mundano pero horroroso viejo llegue con una pistola en cada mano y el hacha en el cinturón, y seguido por todos sus hijos e hijas, para asaltar la posada en la que los PJs hayan conseguido alojarse, seguramente piensen que son diablos del Infierno quienes les atacan.
3 Voces se alzan :
No conocía la historia de Sawney Bean que interesante (y que inquietante :)
Sobre los redcaps, no sé si conocías las historias de los "gorrín coloraos" de los que se habla en una pequeña parte de Asturias. Suelen asimilarse a los mucho más extendidos "trasgus", pero los gorrín coloraos son muchísimo más siniestros, y también tienen su gorro bañado en sangre.
Esta es una más de la infinidad de semejanzas entre las mitologías del noroeste hispano y las de Escocia e Irlanda ¿pervivencias célticas quizás? ¿restos de los fuertes contactos comerciales del noroeste peninsular con las islas británicas durante la Alta Edad Media?
Interesante comentario, Tiberio.
No conocía a esos gorrines coloraos, pero sí recuerdo ahora al hilo de tus palabras otra criatura mitológica, gallega esta, llamada tardo, que es también una variante siniestra y agresiva del trasgo. Y si no recuerdo mal, también suele ir armada y atacar a las gentes que vagan de noche, como el redcap. ¿Pervivencias mitológicas? ¿O... Algo mucho peor?
Por cierto: El Mundialito me está pareciendo un puntazo.
Anda, pues lo del Tardo no lo conocía tampoco, he buceado un pelín en la web y la cosa tiene buena pinta.
Sobre el Mundialito, me mola que lo estés siguiendo. La verdad es que a mí me está sorprendiendo muchísimo la calidad de las participaciones :). Esperaba algo más desigual, que se iban a notar más las diferencias entre los "buenos" y los "no tan buenos", tú me entiendes :D
Pero no, para nada, creo que el nivel, en general, está siendo muy alto. Un puntazo, sí, yo estoy contentísimo, agotado, pero contentísimo :D
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