viernes, 7 de octubre de 2011

El sueño del encerrado.

El planteamiento de una tragedia.
Reino de Polonia, 1548. El país ha conseguido años de paz a costa de que el rey Segismundo I haya mantenido un gran inmovilismo y consentido plegarse a las exigencias de poder de los señores feudales, como ya se ha visto. Pero ahora el Rey, anciano, se siente cansado y cercano a la muerte, y ha decidido dar a la luz el mayor secreto de su reinado: El gran sacrificio que decidió realizar para preservar el orden en el reino. Se lo exigió a sí mismo en su momento, pero ahora teme haber cometido un gran error, uno que de no ser enmendado le condenará a las llamas del Infierno, además de perpetuar una cruel injusticia...


Eligiendo un papel.
En el drama que va a desarrollarse, son varios los papeles a repartir entre los posibles jugadores. Estos personajes llegan a la corte del rey Segismundo con distintas intenciones, pero los acontecimientos caerán sobre ellos. ¿Qué alianzas o enemistades harán entre sí? ¿Qué decisiones tomarán cuando todo se desencadene, y que estrategias trazarán?

  • Rosalía.
    Rosalía ha vuelto a Polonia, donde nació, desde la Castilla de su familia. Su madre le ha revelado en el lecho de muerte que es hija de un caballero polaco, lo que fue causa de que su marido, anterior embajador español a quien Rosalía creía su padre, siempre las odiara. Pese a no poderle haber dicho el verdadero nombre o posición de su padre, le ha hecho entrega de una hermosa espada de mano y media que le perteneció que, si muestra entre los nobles de Polonia, será seguramente reconocida de alguien. La joven ha resuelto vengarse de quien deshonró a su madre siendo causa de la infelicidad de ambas, y aunque ya le aborrece sin conocerlo ha optado por cumplir su cometido con cautela, pues no conservaba a su llegada informador alguno en aquel reino que no visita casi desde la infancia y no sabe si mostrar abiertamente sus orígenes e intenciones puede llevarla a la perdición. Hidalga por derecho y por naturaleza, la independiente Rosalía de vez en cuando se traviste de muchacho, papel en el que se siente muy cómoda, para recorrer, luciendo bien su espada, las cercanías de la capital. El bufón Stańczyk la acompaña a veces en estas excursiones.
    Rosalía se ha enamorado del margrave Zygfryd, aspirante al trono de Polonia, y mantiene con él, desde hace muy poco, un secreto romance. Esta situación peligra, pues no es improbable que el Rey decida zanjar la disputa que el pretendiente mantiene con su prima Klaudia von Nürnberg casándoles entre ellos. Rosalía hará lo posible porque esto no suceda, y se sentirá vilmente traicionada si ocurre.
    • Personalidad: Valiente, pasional, compasiva.
    • Objetivos: Venganza contra su verdadero padre, justicia para ella y para los demás.
    • Habilidades principales: Fuerza de Voluntad, Redaños, Idioma (castellano), Esgrima.

  • Margrave Zygfryd Potocki.
    Este noble, de 28 años de edad, es hijo de Ana Jagellón, hija menor, a su vez, del primer matrimonio del Rey, por lo que éste es su abuelo materno. Conocedor del mal estado de salud de Su Majestad, y de que éste pronto morirá sin dejar herederos, ha llegado a la corte con la intención de reclamar el reino. Sin embargo, ha encontrado una tenaz rival en la condesa Klaudia von Nürnberg. Zygfryd está jugando como baza legal en esa disputa cortesana su masculinidad, pues varias leyes favorecen al heredero masculino (si bien no existe la ley sálica en Polonia), pero sabe que en última instancia todo dependerá de la decisión personal que tome su abuelo, y piensa, pues, ganárselo mediante su apoyo.
    Zygfryd se ha enamorado de Rosalía y mantiene con ella, desde hace muy poco, un secreto romance. Esto le supondría un gran problema si el Rey decide zanjar la disputa del trono casándole con su prima Klaudia.
    • Personalidad: Refinado, Protector.
    • Objetivos: Ser fiel a la casa Jagellón, ganar el trono de Polonia.
    • Habilidades principales: Redaños, Cabalgar, Etiqueta, Diplomacia.
  • Stańczyk, bufón del Rey.
    Stańczyk ha sido dado de lado por su señor, pese a sus buenos consejos. La gravedad de espiritu del anciano le aleja del humor irónico de este bufón liante y a veces atrabiliario. Así que se ha convertido en el eventual compañero de fatigas de Rosalía, con quien ha trabado amistad, pero a la que en el fondo muy poco le ata.
    • Personalidad: Intrigante, burlón, cínico.
    • Objetivos: Ganarse fácilmente la vida, mantener una posición acomodada, sobrevivir.
    • Habilidades principales: Agudeza/Percepción, Interpretar (números de humor), Sigilo, Diplomacia.

El plan del Rey. (¡¡Sólo para el DJ!! ¡¡Jugadores abstenerse!!)

El que rige y el regido, / sin saber,
mal regidos pueden ser.
Juan del Enzina, "El que Rige y el Regido".

La injusticia que cometió el anciano rey Segismundo por, según pensó él, salvar a su reino, consistió en encerrar de por vida al hijo primogénito de su segundo matrimonio, cuyo parto le costó la vida a su esposa. Así pues, y pese a lo que todo el mundo cree, existe un heredero legítimo y perfectamente legal al trono: De hecho, lo ilegal sería que reinara alguien que no fuera él. El motivo del encierro fue que, estando la Reina esperando al niño, consultó el Rey a unos astrólogos a manera de oráculo para que le revelaran el futuro de su hijo, y recibió un funesto vaticinio. Su hijo sería cruel, despiadado, atento sólo a sus placeres, culpable de crímenes, en definitiva, un mal gobernante. Segismundo quedó horrorizado y resolvió que aquel monstruo nunca reinaría, pues sin duda hundiría su reino, tan necesitado de estabilidad. Así que encomendó a un fiel suyo, un oscuro y nada notorio aunque muy leal caballero, que se hiciera cargo del encierro. Se eligieron para construir la celda las ruinas de una torre olvidada, situada en un escarpado paraje, oportuno por estar completamente deshabitado y sin embargo a corta distancia de la corte.


Ahora que los aspirantes al trono se reúnen, el pueblo se muestra inquieto y todos se preguntan por el futuro del reino, el Rey siente algo semejante a la culpabilidad, al pensar que tal vez se haya equivocado. Planea, en unos días, liberar a su hijo en el palacio y hacer que se le considere príncipe de Polonia. Él podrá observar tras los tapices, como si ya hubiera muerto y todo se desarrollara en su ausencia, mientras a su primogénito se le obedece en todo. Así, piensa, podrá saber si hizo bien en encerrarle o si debe delegar en él. Si aquellos adivinos tenían razón, el encerrado volverá a su prisión, y otro reinará en su lugar...

Pero el Rey ignora que ninguno de los otros dos candidatos posibles es deseado por el pueblo, y que si éste sabe que hay un heredero legítimo al que se le niegan sus derechos, será capaz de alzarse en armas para respaldarle.

Y más aún, un día o dos antes de la liberación semisecreta de Segismundo, Rosalía (como hombre) y Stańczyk descubrirán en una de sus excursiones la torre y el prisionero, enfrentándose a sus guardias, cuyo oficial, sorprendentemente, les dejará marchar...

PNJs. (De nuevo: ¡¡Jugadores abstenerse!!)
  • Segismundo I Jagellón, rey de Polonia.
    El Rey lleva sólo muchos años. Dirige unos Estados que exigen dureza y determinación, pero si poseyó esos rasgos tal vez los ha perdido con el tiempo o no los tuvo nunca en la cantidad requerida. Cuando le ha faltado el segundo, ha recurrido a la primera, y la ha respaldado en la hechicería y otros argumentos igualmente endebles. Ahora se siente confuso y desorientado. Carece, débil, de apoyos. Sus decisiones duran lo que tarda en abandonar su presencia la persona que las haya inspirado. Si al menos consigue dejar en el trono a alguien digno antes de morir, no todo habrá salido mal. Tiembla sólo de pensar que eso no sea posible.
  • Segismundo Augusto.
    Hijo de Segismundo I y de la ya fallecida reina Bona Sforza de Milán y Aragón, segunda esposa del Rey. Ha pasado sus 28 años de edad casi solo, a no ser por Emeryk, guardián de su encierro. Así pues, está acostumbrado a la soledad y una profunda melancolía suele llevarle a las más tristes (aunque lúcidas) meditaciones, y ante desconocidos su primera reacción siempre es hostil y defensiva, incluso físicamente intimidante. No carece de formación moral, pero eso no será obstáculo para que la primera vez que se le libere, completamente enajenado, se muestre abusador, caprichoso y violento, llegando a matar a un criado del palacio sin mayor provocación que unas palabras que le sean desagradables. Si es desengañado de alguna manera, o si es encerrado y liberado de nuevo, volverá a él la melancolía, pero esta vez acompañada de una resolución estoica.
    • Personalidad: "Nada me parece justo / en siendo contra mi gusto."
    • Objetivos: En cuanto se vea libre, querrá simplemente satisfacer las ansias que en él se han reprimido, sintiendo una gran aversión hacia su padre. Dependiendo de los acontecimientos, y sin perder esa aversión, tratará de hacerse con el control del reino, aunque adoptará los medios que más le legitimen, incluso prefiriendo aceptar, siempre que le convenga, entrar en el juego que le propongan los demás.
    • Habilidades principales: Empatía, Fortaleza, Fuerza de Voluntad, Luces/Inteligencia.

  • Emeryk Szatkowski.
    Un szlachta al servicio directo del Rey, guardián del encierro de Segismundo Augusto, labor que realiza en secreto, ayudado de sus guardias y de su fiel arcabuz. Emeryk es un hombre duro, algo violento en sus resoluciones, pero que suele mostrarse reservado. Esto, combinado con su probada fidelidad al Rey (más bien obediencia, pues no es alguien de muchas iniciativas propias) y su veteranía le hace ideal para tan delicada misión. Tiene orden de enviar a cualquiera que descubra el encierro a realizar trabajos forzados de por vida en las siniestras minas de sal de Wieliczka, pero las escasas ocasiones en que ha sido necesario ha preferido acabar de inmediato con la vida del indiscreto.
    Pese a todo, Emeryk no es tan inhumano. Ha visto crecer a su prisionero y ha sido el encargado de enseñarle a leer y de tratar de dotarle de una educación, lo que ha hecho pasablemente al no poner cortapisas a sus lecturas. Por otro lado, guarda en secreto una fechoría que cometió en el pasado, y cuyo recuerdo se le hace con el tiempo una carga más pesada: La violación de una desconocida que, supo más tarde, era una gentilmujer. En un momento de confusión ella se hizo con un arma suya, una espada de mano y media particularmente hermosa y reconocible, con la que despareció sin que Emeryk volviera nunca a ver ni a la una ni a la otra.
    • Personalidad: Obediente, conservador, terminante.
    • Objetivos: Cumplir la voluntad de su Rey, mantener siempre un orden.
    • Habilidades principales: Cabalgar, Rastrear/Cazar, Armas de Fuego.
  • Condesa Klaudia von Nürnberg.
    Esta noble, de 30 años de edad, es hija de Joachim II Hohenzollern, Príncipe Elector de Brandemburgo, y de Jadwiga Jagellón, hija mayor, a su vez, del primer matrimonio del Rey, por lo que éste es su abuelo materno. Al igual que Zygfryd, tiene intención de hacerse con el trono de Polonia, y aunque tiene a su favor su precedencia en la línea sucesoria, tiene en contra las anticuadas leyes que igualan al varón segundo nacido con la primogénita y que la dejan en tablas con su primo. Además, su elección no contaría con el apoyo del pueblo, que la ve como una extranjera, y no tiene aún apoyos entre la nobleza que la ayuden a superar ese futuro problema. En cualquier caso sabe, como su primo, que todo dependerá finalmente de lo que decida su abuelo, y hace todos los intentos por ganársele lisonjeramente. No le agrada la posibilidad de que finalmente el Rey la case con su rival, pero si es necesario hará eso y más con tal de cumplir con sus ambiciones.
    La condesa Klaudia podría ser también utilizada como PJ, si la rivalidad por la herencia real quiere jugarse en profundidad.
    • Personalidad: Prudente, ambiciosa, refinada.
    • Objetivos: Sentarse en el trono de Polonia a toda costa.
    • Habilidades principales: Atractivo/Carisma, Etiqueta, Subterfugio, Diplomacia.
  • Guardias del encierro de Segismundo.
    A las órdenes del szlachta Szatkowski, siempre hay una docena en la zona (al menos dos de ellos con arcabuces preparados y otros dos a caballo y con lanzas). Visten con unos pesados sobretodos a manera de uniforme (por supuesto, no es el uniforme de la guardia del Rey) y se embozan el rostro a la hora de encarar a cualquier desconocido.
    No ven mucha acción que digamos en aquel descampado, pareciendo la mayor parte del tiempo ociosos y preocupados sólo por sus cotidianos jarra de cerveza y plato de bigos (guisote de pollo, col agria y setas cocidos con vino). Nada más falso, sin embargo. De los treinta que componen el cuerpo en total, más de dos tercios sospechan ya la identidad de su cautivo, y sólo unos pocos no correrán a liberarlo y ponerse a sus órdenes cuando confirmen esa sospecha. Serán los primeros en tomar las armas a favor de Segismundo, y los principales responsables de propagar la noticia entre el pueblo y las tropas si eso llega a suceder.


Otro drama, este con actores y telón.
Casi un siglo después de estos acontecimientos, el gran Calderón de la Barca los utilizó como inspiración para su obra "La Vida es Sueño". No es dificil reconocer a Rosaura (Rosalía), Astolfo (Zygfryd Potocki), el rey Basilio (Segismundo I), Estrella (Klaudia von Nürnberg), Clotaldo (Emeryk Szatkowski) e incluso una especie de Clarín en la figura de Stańczyk, aparte de Segismundo Augusto, el único que conservó en la obra su verdadero nombre. Eso, por supuesto, no quiere decir que todo sucediera como en este drama, pues Calderón se basó sólo en el planteamiento y los personajes... Y cosas tales como si Segismundo Augusto llegó a reinar, si Stańczyk o Emeryk sobrevivieron a todo aquello o si los amores de Rosalía y Zygfryd llegaron a buen puerto dependerá tan sólo del buen hacer de los jugadores y de las decisiones que tomen.

miércoles, 5 de octubre de 2011

El arte galénica: El Juramento Hipocrático.

Una costumbre histórica de la medicina es este juramento, que ya he mencionado (y que añado aquí por completar aquella información), y que refleja tanto el apego a la tradición clásica como la naturaleza gremial de la profesión médica. Supuestamente fue escrito por el propio Hipócrates o al menos por alguien de su círculo y bajo su inspiración. Es recitado por los galenos al doctorarse, así que los cirujanos o boticarios están absolutamente exentos de él.

Juro por Apolo Médico, Esculapio, Higea, Panacea y demás dioses y diosas, puestos por testigos, cumplir, hasta donde yo tenga poder y discernimiento, este mi juramento verbal y escrito. Consideraré ante todo a quien me enseñó este arte como a mis propios padres, haré vida común con él, le daré lo que me pidiere, tendré a sus hijos varones por hermanos y les enseñaré este arte si desearen aprenderlo instruyéndoles sin remuneración alguna inmediata ni ulterior.

Transmitiré, además, las enseñanzas escritas y orales y todas las restantes, no sólo a mis hijos y a los de mi maestro, sino también a los alumnos matriculados y juramentados según regla médica, pero a nadie más.

Con el tratamiento buscaré el bien de los enfermos según mi poder y discernimiento, jamás en daño suyo ni con mala intención. A nadie que me pidiere mortífero veneno se lo daré, ni aconsejaré su uso, tampoco daré pesarios abortivos a mujer alguna. Pasaré mi vida y ejerceré mi arte con inocencia y pureza.

No cortaré a nadie, ni tan siquiera a los calculosos, dejando este negocio a los menestrales de oficio. En cuantas casas yo entrare, harélo para el bien de los enfermos, absteniéndome de caer en injusticia voluntaria ni corrupción, bajo ningún concepto, ni en actos libidinosos con mujeres o con hombres, así libres como esclavos.

Lo que acaso en el ejercicio de la profesión, y aún fuera de ésta, viere u oyera acerca de la vida de las personas, y que no deba alguna vez ser revelado, callaré, considerándolo secreto.

Ahora bien, si cumplo este mi juramento en toda su integridad, válgame ello para gozar de la vida y de mi profesión, y alcanzar, como médico, perpetua celebración en la memoria de los hombres, mas si lo quebranto y soy perjuro avéngame lo contrario.