Un gran villano para una historia rolera de capa y espada debería ser, seguramente, un personaje de aspecto reconocible, poderoso y con cierto carisma retorcido, que resulte a la vez taimado y amenazador y cuya maldad se haga tan manifiesta que llegue a resultar odioso. Existen en la ficción personajes inolvidables en su maldad en los que inspirarse, pero resulta aún más fantástico (paradójicamente) cuando se encuentran en la Historia. Con vuesas mercedes, un auténtico villano de novela gótica pero con nombre y apellidos reales.
Ulrich "El Vanidoso", Duque de Württemberg.
Dibujo original por el autor del Blog.
La historia de Ulrich el Vanidoso (1487 - 1550) comienza cuando, tras una complicada situación de herencias, el hijo del conde Ulrich de Württemberg, Eberhard, que había accedido al poder de aquel dominio ahora convertido en un ducado, es desposeído de su título por el Emperador Maximiliano. Exiliado aquel noble en el Palatinado, el ducado pasa a manos del consejo del reino, hasta que finalmente se decide hacer responsable al joven sobrino de Eberhard.
Este sobrino es nuestro Ulrich, que, una vez nombrado Duque en 1503, dedica todos sus esfuerzos a destacarse como fiel servidor del Emperador, comportándose como un guerrero voluntarioso sin ninguna reserva a la hora de luchar por su señor y un consejero y confidente agradabilísimo para Su Majestad Imperial, con lo que su elección parece a ojos de la corte cada vez más natural y afortunada. Lástima que Ulrich también sea despótico hasta la violencia con sus inferiores, proclive a ataques de ira, caprichoso, veleidoso y extravagante, y que nada de esto haya tenido importancia a la hora de adjudicarle el ducado.
Enseguida, los habitantes de las villas y campos de Württemberg descubren en garras de quien han caído. Retirado en sus posesiones tras aquellas primeras hazañas, el Duque pone la administración de su hacienda en manos de aduladores verdaderamente incompetentes, mientras se dedica a llevar un nivel de vida dado a excentricidades, lujos superfluos y fiestas. Vanidoso como él solo, adquiere para sí mismo trajes y joyas como para vestir y adornar a una corte entera, y convierte la adquisición de objetos de lujo en su pasatiempo principal. Sin ningún miramiento, Ulrich eleva los impuestos hasta el punto necesario para sostener este derroche.
En 1511 es honrado con la mano de la sobrina del Emperador, Sabina de Baviera, de 19 años. Como no podía ser menos, pronto se esmera en atormentar a su esposa, que sufre tanto sus arrebatos de violencia como su constante ninguneo. Pronto se olvida de ella, no obstante, al buscarse una amante en Úrsula, la esposa del caballero Hans von Hutten, su caballerizo mayor.
En 1513 y con el objetivo de declarar la guerra al ducado de Borgoña, Ulrich vuelve a subir los impuestos, convirtiéndolos sencillamente en impagables para sus ya arruinados dominios. Al año siguiente y ante la llegada de los recaudadores, dos cabezas se erigen al frente de un movimiento destinado a enfrentarse al perverso Duque: Por un lado Peter Gaiß, por mal nombre Gaispeter, campesino rebelde del pueblecito de Beutelsbach (a 15 kilómetros escasos de Sttutgart, la capital), decidido a organizar las fuerzas de sus iguales, los "pobres Konrad" que le rodean. Por otro, el doctor Rainhard Gaißlinque, párroco de la pequeña ciudad de Grüningen, que desde el púlpito anima al pueblo a desobedecer al Duque y a alzarse contra sus agentes.
Los tumultos comienzan en las ciudades de Schorndorf, Loenberg y Grüningen, aunque es la primera plaza la más fiel al movimiento del "Pobre Konrad". En verano, el Duque ya se había reunido con caballeros y eclesiásticos de la región en la ciudad de Tubinga, justo en el centro del ducado, consiguiendo que le apoyaran con sus fuerzas y medios. Aunque la lucha al principio le es favorable al "Pobre Konrad", al cabo de poco se vuelven las tornas: Muchos campesinos, sabiendo que el Duque cuenta ahora con nuevas fuerzas, se atemorizan y son incapaces de seguir luchando. Los que vuelven a sus casas piensan que podrán esconderse o que les llegará el perdón, pero la represión que sigue se cobra las cabezas de todos los dirigentes de la revuelta, y unos 1700 campesinos de todo Württemberg sufren castigos que van desde marcas al fuego hasta torturas y cárcel. Sobre muchos más caen penas económicas, cuya valiosa cuantía se une a la recaudación, para siniestra alegría del Duque.
Al cabo de un año, y aún victorioso e incontestable, Ulrich tiene un encontronazo con Hans von Hutten, quien tristemente ha descubierto sus cuernos. El Duque mata en persona al marido burlado, lo cual resulta ser un error, porque aunque son meros Reichsritter sin título los von Hutten no carecen de poder, influencia y amigos. Mientras es hostigado por estos nobles, Sabina, harta de situaciones violentas causadas por la maldad de su marido, se da a la fuga y vuelve a Baviera, donde por fin puede dar a conocer su historia. Esta llega a oídos del mismo Emperador Maximiliano, quien protege a la esposa maltratada y castiga al mal Duque. El monarca muere en 1519, y tras ello un ejército de la Liga de Suabia (una de esas organizaciones de apoyo entre pequeños territorios y gobernantes fruto de la complicada política del Sacro Imperio) entra en Württemberg y acaba con el gobierno de Ulrich, que huye, dándose al destierro. Es de suponer que en un caballo negro y agitando el puño volviéndose hacia atrás, mientras grita "volveré"...
Ideas diversas.
Las tropelías de este señor feudal están, ni más ni menos, a la altura de las de otros de su calaña... Pero es principalmente en sus peculiaridades y en lo novelesco de su historia donde tenemos un villano muy aprovechable. Cualquier PJ heroico, sea noble o plebeyo, con ganas de desfacer entuertos, tiene en Württemberg un inmenso entuerto que podría estar "desfaciendo" durante años de su vida. (Éstas ideas son para DJs, por supuesto, jugadores abstenerse...)
- Puede que Eberhard II de Württemberg no esté tan perdido como parece, y que tenga alguna posibilidad de reclamar de nuevo el ducado para sí. Acaso aquel señor sea mejor que este, lo cual a fin de cuentas no es difícil. ¿Pero, y si el mismo Eberhard no está de acuerdo en abandonar su destierro? ¿Será necesario mostrarle en persona el mal gobierno de su sobrino?
- Gaispeter y el Padre Rainhardt están empezando a movilizar a hombres y mujeres por igual. ¿Se unirán los PJs a la rebelión? ¿Y si los PJs son parte de la guarnición del duque? ¿Atacarán a sus familias o se rebelarán también? Si son nobles, puede que obedecer al Duque en todo sea ni más ni menos que una cuestión de honor. ¿Cuánto están dispuestos a aguantar haciendo daño e injusticias a los suyos sin renunciar?
- Tras la derrota del bando de los plebeyos y la ejecución de Gaispeter y el Padre Rainhardt, sólo un grupo de "buenos bandidos" continúa por su cuenta con la guerra, puede que escondidos en el bosque. Intentan llamar la atención del ausente Emperador sobre el mal gobierno del duque Ulrich sin que les capture su némesis, el alguacil de Beutelsbach.
- Para uno de los PJs, sacar del ducado a la Duquesa y llevarla a presencia de sus protectores en Sajonia es algo más que una cuestión de honor. Para los demás PJs, ese caballero o noblezuelo y esa tal Sabina "sólo" son unos viajeros a los que hay que ayudar a escapar a cambio de una buena paga y sin ninguna pregunta... Lo cual no es poco peligroso, teniendo además en cuenta los terribles castigos que el Duque ha demostrado aplicar a quienes considera traidores. ¿Y qué pasará con Christoph, el hijo de Sabina de cuatro años de edad, al que aterra su padre?
La hoja del Duque. • Ulrich von Württemberg, El Vanidoso. El Duque es un hombre rubio, de ojos muy azules, y piel más bronceada debido a sus correrías que la de otros nobles. Desde sus recortadísimas barbas y cejas y su bigote peinado y encerado, hasta las joyas de oro que le adornan y lo selecto de sus prendas, todo indica un cuidado esmerado por la apariencia y un narcisismo casi exhibicionista. Suele vestir de negro y llevar un adornado gorjal metálico cuando sale a cazar o a cabalgar. Habla pomposamente, despreciando por norma a los que le rodean (excepto si son nobles superiores a él mismo) y no concede demasiado valor a sus vidas. Una vez ha tomado una decisión (generalmente caprichosa) o sufre uno de sus ataques de ira, deja de atender a razones y de obedecer a ninguna ley que no sea la de su propia supervivencia. Personalidad: Presumido, altivo, avaricioso. Pasiones: Lujo, placer. Objetivos: Convertirse, mediante la fama y el oropel, en un príncipe recordado y envidiado. Empatía Pobre, Esquivar Normal, Cultura Local: Württemberg Normal (Idioma Natal: Bajo Alemán), Fortaleza Bueno, Fuerza de Voluntad Bueno, Nadar Mediocre, Orientación Pobre, Redaños Normal, Sigilo Normal, Trepar Mediocre. Agudeza/Percepción Bueno, Amaestrar Animales Mediocre, Atractivo/Carisma Normal, Brujería Mediocre, Cabalgar Bueno, Cerrajería Mediocre, Cultura Local: Borgoña Mediocre, Dineros Muy Bueno, Elocuencia Normal, Etiqueta Bueno, Intimidación Bueno, Investigación Mediocre, Liderazgo Normal, Luces/Inteligencia Normal, Rastrear/Cazar Bueno, Robar Mediocre, Subterfugio Muy Bueno, Táctica Mediocre, Tortura Mediocre. Idiomas: Francés Bueno. Latín Mediocre, Arte (Teoría) Mediocre, Diplomacia Normal, Historia Mediocre, Leyes Normal. Armas de Asta Bueno, Ballesta Normal, Esgrima Bueno. Ventajas: Leer y escribir, Noble (3). Desventajas: Codicioso, Habilidad Vedada (Administración). Combate: Factor de Daño y Resistencia: +1. Espada: F de daño +3 (Total +4), Lanza: F. de daño +3 (Total +4). Ropas de caza acolchadas: F de R +1 (Total +2), Arnés Completo: F de R +4 (Total +5). ¿Y cómo acaba esta historia? ¿Cuál fue el final del Duque? La Historia no es una novela, así que es imposible que se acabe cuando el malo grita "volveré". En realidad, en 1519 las andanzas de Ulrich aún estaban empezando. Pasó a servicio del Rey de Francia, si bien luego volvió a Württemberg con la intención de recuperar el ducado. Para conseguirlo luchó en la Guerra de los Campesinos, irónicamente por los plebeyos, haciendo creer para ganar su confianza que estaba arrepentido de sus excesos anteriores. Al final de la guerra y abandonado por los mercenarios suizos que había traido, hubo de huir. Tras convertirse al protestantismo y exiliado en Hesse, convenció al landgrave Felipe de que le apoyara en su regreso al poder, lo que consiguió en 1534, llevando a cabo un gobierno nefasto, calcado del anterior (lo que podría aprovecharse estupendamente para plantear una nueva partida con una historia crepuscular, a lo "Robin y Marian", con los supervivientes de otra enterior en la época de las revueltas). Tras la derrota de la Liga de Smalkalda, a la que eventualmente se había unido, volvió a perder su puesto... Esta vez en favor de Cristoph, hijo suyo y de Sabina, partidario del actual Emperador y empeñado en restaurar la bonanza de Württemberg y en dar la espalda a la infausta memoria de su padre. Claro que eso es otra historia...
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